A Brusca Poesia da Mulher

Minha mãe, alisa de minha fronte todas as cicatrizes do passado
Minha irmã, conta-me histórias da infância em que que eu haja sido
herói sem mácula
Meu irmão, verifica-me a pressão, o colesterol, a turvação do timol, a
bilirrubina
Maria, prepara-me uma dieta baixa em calorias, preciso perder cinco
quilos
Chamem-me a massagista, o florista, o amigo fiel para as
confidências
E comprem bastante papel; quero todas as minhas esferográficas
Alinhadas sobre a mesa, as pontas prestes à poesia.
Eis que se anuncia de modo sumamente grave
A vinda da mulher amada, de cuja fragrância
já me chega o rastro.
É ela uma menina, parece de plumas
E seu canto inaudível acompanha desde muito a migração dos
ventos
Empós meu canto. É ela uma menina.
Como um jovem pássaro, uma súbita e lenta dançarina
Que para mim caminha em pontas, os braços suplicantes
Do meu amor em solidão. Sim, eis que os arautos
Da descrença começam a encapuçar-se em negros mantos
Para cantar seus réquiens e os falsos profetas
A ganhar rapidamente os logradouros para gritar suas mentiras.
Mas nada a detém; ela avança, rigorosa
Em rodopios nítidos
Criando vácuos onde morrem as aves.
Seu corpo, pouco a pouco
Abre-se em pétalas... Ei-la que vem vindo
Como uma escura rosa voltejante
Surgida de um jardim imenso em trevas.
Ela vem vindo... Desnudai-me, aversos!
Lavai-me, chuvas! Enxugai-me, ventos!
Alvoroçai-me, auroras nascituras!
Eis que chega de longe, como a estrela
De longe, como o tempo
A minha amada última!

La poesía brussa de las mujeres

Mi madre, limpia de mi frente todas las cicatrices del pasado
Mi hermana, cuéntame historias de infancia en las que he estado
héroe sin mancha
Mi hermano, comprueba la presión, el colesterol, la opacificación del timol, el
bilirrubina
María, prepárame una dieta baja en calorías. Necesito perder cinco
kilos
Llámame la masajista, la floristería, el fiel amigo de la
Confidencias
Y comprar un montón de papel, quiero todos mis bolígrafos
Alineado sobre la mesa, los extremos sobre la poesía
He aquí, se anuncia de una manera muy seria
La llegada de la mujer amada, cuya fragancia
Ya tengo suficiente del rastro
Es una chica, parece plumas
Y su canto inaudible ha acompañado durante mucho tiempo la migración de la
vientos
Mos mi canto. Ella es una chica
Como un pajarito, un bailarín lento repentino
Que para mí camina sobre extremos, suplicando brazos
De mi amor en soledad. Sí, he aquí, los heraldos
Desde la incredulidad comienzan a encapucharse en capas negras
Cantar sus réquienes y los falsos profetas
Para ganar rápidamente los patios traseros para gritar sus mentiras
Pero nada la detiene; ella avanza, rigurosa
En giros bruscos
Creando vacíos donde mueren los pájaros
Tu cuerpo, poco a poco
Se abre en pétalos... Aquí viene
Como una rosa oscura, itinerante
De un inmenso jardín en la oscuridad
Ella viene... ¡Desnudarme, reacio!
¡Lávame, llueve! ¡Límpiame, vientos!
¡Muéreme, auroras por nacer!
He aquí, llega de lejos, como la estrella
Desde lejos, como el tiempo
¡Mi amada última!

Composição: Vinícius de Moraes