Que Tango Hay Que Cantar

El Bandoneón y la Pena: Un Tango de Desamor y Nostalgia

La canción 'Que Tango Hay Que Cantar' de Valeria Lynch es una profunda exploración de la tristeza y el desamor, utilizando el bandoneón como un símbolo central. El bandoneón, un instrumento emblemático del tango, se convierte en un confidente y compañero en el dolor de la protagonista. La letra comienza con una súplica al bandoneón, pidiéndole que revele qué tango cantar para aliviar su pena. Esta personificación del instrumento sugiere una conexión íntima y emocional entre el músico y su herramienta, una relación que va más allá de lo meramente técnico y se adentra en lo sentimental.

La referencia a Gardel y Discepolín, dos figuras icónicas del tango, añade una capa de nostalgia y reverencia por la tradición del género. Gardel, conocido como el 'Zorzal Criollo', y Enrique Santos Discépolo, famoso por sus letras melancólicas y filosóficas, representan la cúspide del tango clásico. Al mencionar que hay un tango que Gardel nunca cantó, la protagonista insinúa que su dolor es único y aún no ha sido expresado en la música. Esta idea de un tango inédito refleja la búsqueda de una forma de expresión que capture su sufrimiento personal.

La canción también aborda el tema del desengaño amoroso, comparando la pena del bandoneón con la suya propia. La mención de Malena, otra figura mítica del tango, y su partida, simboliza la pérdida y el abandono. La protagonista y el bandoneón comparten un dolor común, y en su búsqueda conjunta de un tango, encuentran consuelo en su mutua compañía. La idea de que sus penas 'van del brazo' y que sería hermoso que 'se hicieran el amor' sugiere una fusión de sus tristezas en una expresión artística compartida, donde la música se convierte en un refugio y una forma de redención.