Diario de Viaje

Reflexiones de un Viajero: La Poética de Federico Aubele

La canción 'Diario de Viaje' de Federico Aubele es una meditación lírica sobre el paso del tiempo y la transitoriedad de la vida. A través de una serie de imágenes evocadoras, Aubele nos lleva a un viaje introspectivo donde el día se convierte en noche y los sonidos se desvanecen, simbolizando el inevitable flujo del tiempo. La repetición de la frase 'El día se va' subraya la naturaleza efímera de cada momento, mientras que la mención de 'la cálida inmensidad' y 'un vasto mar' sugiere una conexión profunda con la naturaleza y el universo, elementos que a menudo se encuentran en la obra de Aubele.

La canción también explora la idea de los comienzos y finales, representados por los barcos que parten. Estos barcos pueden simbolizar tanto el inicio de nuevas aventuras como la conclusión de capítulos anteriores en la vida del narrador. La línea 'Marcando principio y final' refuerza esta dualidad, recordándonos que cada final es también un nuevo comienzo. La transición de la primavera a otros tonos puede ser vista como una metáfora del cambio de estaciones en la vida, donde cada fase trae consigo nuevas experiencias y desafíos.

Finalmente, la incertidumbre sobre lo que quedará y lo que se irá refleja una aceptación de la impermanencia. La frase 'Pero nada, nada se detendrá' es un reconocimiento de que, a pesar de los cambios y las pérdidas, la vida sigue adelante. Esta aceptación de la transitoriedad y la continuidad es un tema recurrente en la música de Aubele, quien a menudo combina elementos de la música electrónica con influencias del tango y el folklore latinoamericano para crear paisajes sonoros que invitan a la reflexión y la contemplación.