Luna Llena

La Luna Llena: Testigo Silenciosa de Amores y Misterios

La canción 'Luna Llena' de Alejandro Filio es una oda poética a la luna, vista como una vecina constante y silenciosa desde la ventana del narrador. La luna llena se presenta como una figura solitaria, sin pareja ni corazón, pero con una presencia poderosa que influye en la vida de quienes la observan. Filio utiliza la luna como un símbolo de misterio y romanticismo, evocando imágenes de amantes en la playa y niñas pidiendo deseos, lo que sugiere que la luna es un testigo mudo de los sueños y anhelos humanos.

En la segunda estrofa, la luna se convierte en una compañera de las canciones trasnochadas, una fuente de inspiración para los audaces que la conjuran. La imagen de la luna rodando sobre la barda para subir al tejado añade un toque de magia y aventura, como si la luna tuviera una vida propia y una conexión especial con aquellos que la miran con ojos de amor y deseo. Esta personificación de la luna refuerza su papel como un ente casi mágico, capaz de influir en los sentimientos y acciones de las personas.

Finalmente, la luna llena es descrita como una prisionera entre la flor y la parra, un sortilegio de amores en serenatas y un objeto de leyendas y supersticiones. La referencia a la bruja mala que perforó el cielo y la luna como polvo para quien quiera pisarla añade un tono de misterio y oscuridad. La luna es también cómplice callada de algún lodo, esquivando la mañana, lo que sugiere que guarda secretos y sombras que solo se revelan en la noche. En conjunto, la canción de Filio pinta un retrato complejo y evocador de la luna llena, entrelazando romanticismo, misterio y magia en una narrativa lírica rica y profunda.