Payada

Raízes, tronco, ramagem, ramagem, tronco, raiz
Abriu-se uma cicatriz de onde brotei na paisagem
O tempo me fez mensagem que os ventos pampas dirigem
Dos anseios que me afligem de transplantar horizontes
Buscando o rumor das fontes pra beber água na origem

Sobre o lombo da distância, de paragem em paragem
Fui repontando a mensagem de bárbara ressonância
Fazendo pátria na infância porque precisei fazê-la
E a liberdade, sinuela, sempre foi a estrela guia
Que o meu olhar perseguia como quem busca uma estrela

Pensei chegar alcançá-la, no estágio de índio rude
Mas nunca na plenitude, porque essa deusa baguala
Que aos andejos embuçala, nunca ninguém alcançou
Bisneto nem bisavô, nos entreveros mais brutos
Labareda de minutos que o vento sempre apagou

Primeiro era o campo aberto, descampado, sem divisas
Com fronteiras imprecisas, mundo sem longe nem perto
Eu era o índio liberto, barbaresco e peleador
Rei de mim mesmo, senhor da natureza selvagem
A religião da coragem e o Sol de bronze na cor

Um dia veio o jesuíta a este rincão do planeta
Vestindo a sotaina preta na catequese bendita
Foi mais do que uma visita à minha pampa morena
Bombeei por trás da melena, olhos nos olhos o irmão
E gravei no coração a Santa Cruz de Lorena!

Mais tarde, veio mais gente às minhas terras campeiras
A falange das bandeiras, impiedosa e inclemente
Me levantei de repente e as tribos se levantaram
As várzeas se ensanguentaram, elas que eram verdejantes
Mas eu venci os bandeirantes, que nunca mais retornaram!

E depois vieram os lusos, os negros, os castelhanos
E nos pagos campejanos, novas normas, novos usos
As violências e os abusos da Ibéria, Castela e Lácio
Que rasgaram o prefácio e mataram as plegárias
E as ânsias comunitárias dos irmãos de Santo Inácio

Não pude deter a vaga de Andonega e Barbacena
Se a história não os condena, a mancha nunca se apaga
A opressão jamais indaga na sua ambição mesquinha
Era meu tudo o que tinha, era meu tudo o que havia
E eu morri porque dizia que aquela terra era minha!

Mas o eterno não morre, porque permaneço vivo
No lampejo primitivo de cada fato que ocorre
O meu sangue rubro corre na velha raça gaudéria
Corcoveando em cada artéria pela miscigenação
Na bárbara transfusão com os andarengos da Ibéria

Fui sempre aquilo que sou, sou sempre aquilo que fui
Porque a vida não dilui o que a mãe terra gerou
Sou o brasedo que ficou e aceso permaneceu
Sou o gaúcho que cresceu junto aos fortins de combate
E já estava tomando mate quando a pátria amanheceu!

E assim, crescendo ao relento, criado longe do pai
Junto ao mar doce, Uruguai, o rio do meu nascimento
Soldado sem regimento no quartel da imensidade
Um dia me deu vontade, deixei crescer toda a crina
E me amasiei com uma China que chamei de liberdade

Por mais de trezentos anos fui pastor e sentinela
Na linha verde e amarela, peleando com castelhanos
Gravando com los hermanos a epopeia do fronteiro
Poeta, cantor e guerreiro da América que nascia
Na bendita teimosia de continuar brasileiro!

Com Bento em mil entreveros, em barbarescos ensaios
Depois contra os paraguaios, em Humaitá e Toneleros
Andei em Monte Caseros, Paiçandu, Peribebuí
Passo da Pátria, Avaí, longe do meu território
E fui ordenança de Osório nos campos de Tuiuti

Depois, em noventa e três, na gesta federalista
A pátria a perder de vista, andei peleando outra vez
Sem soldo no fim do mês porque pelear era lindo
As espadas retinindo, chapéu batido na copa
Como carneador de tropa nas forças de Gumercindo

Mais adiante, em vinte e três, em vinte e quatro de novo
É o destino do meu povo que assim altivo se fez
A marca da intrepidez deste velho território!
Ante o bárbaro ostensório dos lenços rubros e brancos
Acompanhei os arrancos do velho Flores, e Honório

Chimangos e maragatos, farrapos, federalistas
Caminhadas e conquistas que a história guarda em seus fatos
Os tauras intemeratos de adaga e pistola à cinta
Não há ninguém que desminta nossa estirpe de raiz
Que se adonou da matriz nas arrancadas de trinta

Depois vesti a verde-oliva, como sempre voluntário
No Corpo Expedicionário, formando uma comitiva
Da nossa indiada nativa pra responder um libelo
E o pendão verde-amarelo, no outro lado do mundo
Cravei, bem firme e bem fundo, no velho Monte Castelo!

Hoje os tempos demudados, meu coração continua
O mesmo tigre charrua das andanças do passado
Sempre de pingo encilhado, bombeando pampa e coxilha
A pátria é minha família! Não há Brasil sem Rio Grande
E nem tirano que mande na alma de um farroupilha!

Payada

Raíces, tronco, rama, rama, tronco, raíz
Una cicatriz se abrió desde donde broté en el paisaje
El tiempo me envió un mensaje que los vientos de la pampa dirigen
De los deseos que me aquejan de trasplantar horizontes
Buscando el rumor de fuentes para beber agua en la fuente

A lomos de la distancia, de parada en parada
Estaba devolviendo el mensaje de resonancia bárbara
Hacer una patria siendo niño porque tenía que hacerlo
Y la libertad, sinuela, siempre ha sido la estrella guía
Que mi mirada perseguía como quien busca una estrella

Pensé que podría alcanzarla, en el escenario indio rudo
Pero nunca en plenitud, porque esta diosa baguala
Nadie ha llegado nunca a los senderos de embuçala
Bisnieto ni bisabuelo, en las situaciones más brutales
Llama de minutos que el viento siempre apagó

Primero fue el campo abierto, abierto, sin fronteras
Con fronteras borrosas, un mundo sin ni lejos ni cerca
Yo fui el indio liberado, un bárbaro y un luchador
Rey de mí mismo, señor de la naturaleza salvaje
La religión del coraje y el Sol de bronce en color

Un día el jesuita llegó a este rincón del planeta
Vistiendo la sotana negra en la catequesis bendita
Fue más que una visita a mis pampas oscuras
Bombeé desde detrás de mi cabello, cara a cara con mi hermano
¡Y grabé Santa Cruz de Lorena en mi corazón!

Después vino más gente a mis tierras rurales
La falange de banderas, despiadada y despiadada
Me levanté de repente y las tribus se levantaron
Las llanuras aluviales se volvieron ensangrentadas, estaban verdes
¡Pero vencí a los bandeirantes, que nunca regresaron!

Y luego vinieron los portugueses, los negros, los castellanos
Y en las pagodas campejanas, nuevas normas, nuevos usos
Violencia y abusos en Iberia, Castilla y Lacio
¿Quién rompió el prefacio y mató a las Plegarias?
Y los deseos comunitarios de los hermanos de San Ignacio

No pude ocupar la vacante de Andonega y Barbacena
Si la historia no los condena, la mancha nunca se borrará
La opresión nunca indaga en su mezquina ambición
Era mío todo lo que tenía, era mío todo lo que había
¡Y morí porque dije que esa tierra era mía!

Pero lo eterno no muere, porque yo sigo vivo
En el destello primitivo de cada hecho que ocurre
Mi sangre roja corre en la vieja carrera de ganado
Bucking en cada arteria por mestizaje
En la bárbara transfusión con los vagabundos de Iberia

Siempre fui lo que soy, siempre soy lo que fui
Porque la vida no diluye lo que generó la madre tierra
Soy el candente que se quedó encendido y permaneció encendido
Soy el gaucho que creció al lado de los fuertes de combate
¡Y ya estaba tomando mate cuando amaneció la patria!

Y así, creciendo al aire libre, criado lejos de su padre
Junto al dulce mar, Uruguay, el río de mi nacimiento
Soldado sin regimiento en el cuartel de la inmensidad
Un día tuve ganas, me dejé crecer el pelo
Y me enamoré de una China a la que llamé libertad

Durante más de trescientos años fui pastor y centinela
En la línea verde y amarilla, peleando con los castellanos
Grabando la epopeya fronteriza con los hermanos
Poeta, cantante y guerrero de América que nació
¡En la bendita terquedad de seguir siendo brasileño!

Con Bento en mil conflictos, en ensayos bárbaros
Luego contra los paraguayos, en Humaitá y Toneleros
Caminé por Monte Caseros, Paiçandu, Peribebuí
Passo da Pátria, Avaí, lejos de mi territorio
Y yo era ordenanza de Osório en los campos de Tuiuti

Luego, en el noventa y tres, en el movimiento federalista
La patria hasta donde alcanza la vista, he vuelto a luchar
No pagan a fin de mes porque pelear era hermoso
Espadas chocando, sombrero golpeado en la coronilla
Como guardián de tropas en las fuerzas de Gumercindo

Más adelante, en veintitrés, en veinticuatro otra vez
Es el destino de mi pueblo que se enorgulleció tanto
¡La marca de la intrepidez de este antiguo territorio!
Ante el bárbaro despliegue de pañuelos rojos y blancos
Seguí los movimientos del viejo Flores y de Honório

Chimangos y maragatos, farrapos, federalistas
Paseos y logros que la historia guarda en sus hechos
Los intrépidos tauras con daga y pistola al cinturón
No hay nadie que pueda negar nuestra cepa raíz
¿Quién se hizo cargo de la matriz en los sprints de treinta?

Luego me puse verde oliva, como siempre voluntario
En el Cuerpo Expedicionario, formando una comitiva
De nuestro indio nativo para responder a una difamación
Y la bandera amarillo verdosa, al otro lado del mundo
¡Lo clavé muy fuerte y muy profundamente en el viejo Monte Castelo!

Hoy los tiempos han cambiado, mi corazón continúa
El mismo tigre arador de andanzas pasadas
Siempre con una gota encilhada, bombeando pampa y coxilha
¡La patria es mi familia! No hay Brasil sin Río Grande
¡Y ni siquiera un tirano que gobierna el alma de una farroupilha!

Composição: Jayme Caetano Braun