Contaban los ancianos de que allende
el Atlántico hay islas encantadas
por desnudas mujeres gobernadas
abiertamente, no como se entiende.

Negocia en las Azores y en Madera
con especies, por ganar su mantenencia;
asombra su tesón y la paciencia
con que persigue su ambición señera.

Composição: Angel Parra / Ramón Chao